Sacudido, mi cuerpo tiembla al paso de tu olor. Me ataca, de repente, sin darme la oportunidad de buscarlo. No encuentro tu mirada pero él me recibe, envuelto en mi ensoñación, atrapándome, abrazándome, pegándose a cada resquicio de piel. Colapsa mis huellas y mis ojos se cierran dispuestos a acariciarlo hasta el final. Y aunque sea una mera exhalación la que turba mis sentidos, actúa extremando al máximo mi piel hasta agrietarla, como un reflejo de ti.
4 comentarios:
... su olor... impregnado en tu piel... aquel olor que desprende nuestros impulsos poco ofensivos... excelentes impulsos amorosos... Enhorabuena...
Mil besos...
Bellas sensaciones extremas. Son las que nos hacen falta.
Un abrazo.
Pasaba, saludos.
Gaby
Como la rosa, que primero es perfume.
Niña del cielo.
Un beso
Roberto
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