Eres tremendamente difícil de olvidar... Estando, sin estar, mirando, sin mirar. Tu voz encauza a mis palabras aunque no suene, tus ojos conducen a mis pies aunque se cierren. Eres como esa calle a la que quiero llegar, allí donde se muestra tu presencia dispuesta a abrazarme sin final. Sólo quiero rozarte sin miedos, sin prohibiciones; sólo quiero que me roces sin temores, sin ambigüedades. Desearía que pudieras ser infinitamente palpable, eternamente volátil, plausiblemente azulada. Desearía que dejaras de ser deseo y fueras un sueño ficticio, como el sabor de tus mejillas y el olor de tu silencio. Desearía todo contigo y desearía que tú fueras conmigo. Desearía que la palabra sueño dejara de seguirte para unirnos a las dos en uno eterno.